Aquí ando de nuevo, en Cochabamba, ciudad boliviana que se encuentra por encima de los 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar y que tras mi tercera visita en ocho años ya se ha convertido en mi segunda casa.
A lo largo de este tiempo no he dejado de conocer amigos cochabambinos con los que compartir almuerzos, fiestas y reuniones de todo tipo ... y efectivamente en este viaje he sentido más que nunca que puedo andar solito por aquí como un cochabambino más.
Ayer descubrí el
club de ajedrez de la ciudad y me sorprendí gratamente al comprobar que disponen de un local grande y muy bien decorado. El material (tableros, piezas, relojes) eran bieeeeeeen antiguos (léase con acento cochabambino) pero se respiraba un gran ambiente de ajedrez en lo largo y ancho del local.
Los responsables del club se alegraron de nuestra visita y su presidente (que resultó ser también presidente de la Federación Boliviana de Ajedrez) nos propuso avisar a los mejores jugadores de la ciudad y organizar un torneo de rápidas el día siguiente (esta misma tarde).... Ante tanta amabilidad y espíritu Gens Una Sumus sólo me quedará proponerles ser socio de este club que en breve quedará a miles de kilómetros de distancia.