jueves, 20 de septiembre de 2007

¡ Viva la Revolución !

Al llegar hoy a casa he repasado un interesante artículo de Larry Greiner que desarrolla un modelo de crecimiento para las organizaciones. Sostiene que cualquier empresa desde su nacimiento ha de pasar por diversas fases, y que -salvo excepciones- el paso de una etapa a la siguiente viene marcado por un período de revolución (o de disturbios muy significativos en el seno de la organización).

Los períodos de evolución y de revolución se suceden así alternativamente. Las evoluciones y revoluciones serán períodos más o menos largos dependiendo de la edad y tamaño de la empresa, aunque por supuesto se han de tener en cuenta factores externos de mercado, etc. El artículo nos detalla las características de cada una de las fases.
1-Fase de Creatividad: En la etapa de nacimiento de una organización, el énfasis se coloca sobre la creación, tanto de un producto como de un mercado. Características:
  • Comunicación entre empleados frecuente e informal.
  • Las largas horas de trabajo se recompensan con salarios modestos y la promesa de los beneficios.
  • La gerencia actúa según las reacciones de los clientes.
  • Aparece la "crisis de liderazgo": a medida que crece la compañía los esfuerzos de producción más grandes requieren del conocimiento de métodos eficientes de fabricación. Son necesarios nuevos procedimientos de contabilidad para el control financiero. La solución pasa por localizar e instalar a un gerente fuerte, que se aceptado por los fundadores y que pueda lograr la operación efectiva de la organización.

2- Fase de Dirección: Las compañías que sobreviven a la primera fase instalando a un gerente administrativo hábil, generalmente prosiguen un período de crecimiento sostenido bajo una dirección capaz. Características:

  • Se introducen sistemas de contabilidad.
  • Se adoptan incentivos, presupuestos y normas de trabajo.
  • La comunicación se vuelve más formal e impersonal.
  • El nuevo gerente y sus supervisores clave adoptan la mayoría de las responsabilidades de dirección, mientras que los supervisores de más bajo nivel son tratados más bien como especialistas funcionales que como gerentes autónomos con poder de decisión.
  • Aparece la "crisis de autonomía". Las nuevas técnicas directivas se vuelven inadecuadas para controlar una organización más compleja. Los empleados han llegado a poseer un conocimiento más directo de los mercados y de la maquinaria que los directivos de la cima; por tanto están indecisos entre seguir los procedimientos y tomar iniciativas propias. Así, la segunda revolución es inminente al desarrollarse una crisis causada por las demandas de mayor autonomía por parte de los gerentes de más bajo nivel. La solución pasa por una mayor delegación.

Para todos aquellos que estén en una empresa no tan joven como la mía (o en un mercado más cambiante) les recomiendo la lectura del artículo original con la descripción del resto de fases. Para los demás, un apunte: "Las empresas que sobreviven una crisis generalmente disfrutan de cuatro a ocho años de crecimiento continuo, sin reveses económicos mayores o serios desajustes internos", en estos períodos de evolución solo parecen necesarios ciertos ajustes para mantener el crecimiento.

Así pues .... ¡ que viva la revolución !

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